Durante los días 31 de Enero 1 y dos de Febrero se reunieron en la Comunidad del Noviciado 6 jovenes que desean responder al llamado de Jesús.
Cualquier joven
responsable se plantea el futuro de su vida: piensa en una profesión, si va a
formar una familia, etc.
Un joven cristiano también se plantea la vida, pero preguntándose: ¿Qué espera Dios de mí? Sabe que Dios quiere la felicidad de cada persona y es capaz de dársela. Vocación significa "llamada": es lo que Dios está llamando a cada uno.
Por la fe estamos todos llamados a vivir la vocación cristiana: ser testigos del amor de Dios en nuestro ambiente, en el trabajo, la familia, etc. Pero hay tres formas de vivir la vocación cristiana:
Un joven cristiano también se plantea la vida, pero preguntándose: ¿Qué espera Dios de mí? Sabe que Dios quiere la felicidad de cada persona y es capaz de dársela. Vocación significa "llamada": es lo que Dios está llamando a cada uno.
Por la fe estamos todos llamados a vivir la vocación cristiana: ser testigos del amor de Dios en nuestro ambiente, en el trabajo, la familia, etc. Pero hay tres formas de vivir la vocación cristiana:
- La vocación de laicos: Los cristianos que ejercen una profesión, viven en medio de la sociedad, se casan normalmente, fundan una familia y en todo tratan de construir el mundo segùn los planes de Dios.
- La vocación sacerdotal: Los cristianos que reciben el sacramento del Orden para hacer presente a Jesucristo mediante la predicación de la Palabra de Dios, la celebración de los Sacramentos y el cuidado pastoral de la comunidad (parroquia, grupos, etc.). Para ello se preparan en el Seminario durante siete años y ofrecen su vida en una dedicación total, renunciando a constituir una familia y optando por el celibato consagrado a fin de imitar a Jesucristo y servir más plenamente a todos.
- La vocación de vida
consagrada: Consagrar la vida al servicio de Dios y de los demás, mediante la
ofrenda de los tres votos o consejos evangélicos, a imitación de Jesucristo: la
pobreza, la obediencia viviendo en fraternidad y la castidad. Esta
consagración se puede vivir de dos maneras:
- Institutos de vida religiosa: Viven en comunidad y son variados, porque cada uno actualiza y se fija en algún aspecto de la vida de Jesús: la oración (los monjes y monjas contemplativos), el servicio a los pobres, la enseñanza, las obras de misereicordia, la predicación (religiosos y religiosas de vida activa).
- Institutos seculares: Se parecen a los religiosos en que profesan los consejos evangélicos, pero se parecen a los laicos en que trabajan y viven en medio de la sociedad, sin llevar distintivos, sino distinguiéndose por su entrega y radicaclidad evangélica a fin de santificar el trabajo del mundo y las relaciones sociales.
Imprescindible para una buena elección
1. Querer cumplir la
voluntad de Dios y amarlo sobre todas las cosas.
2. Examinar a qué
vocación te llama Dios, teniendo en cuenta tus cualidades y tus sensibilidades,
a la vez que las necesidades que hay en el mundo.
3. Orar, consultar con
algún sacerdote o asesor vocacional.
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